sábado, 20 de abril de 2019

AZABACHE

Yo, como muchos de mi generación, la primera vez que escuchamos la palabra AZABACHE, fue en un párrafo del libro "Platero y Yo" de Juan Ramón Jiménez, en el que para describir los ojos del burrito Platero dice que son de Azabache, es decir, de un color negro intenso y brillante.
Bueno, ahora nos ponemos serios y definimos el Azabache, como una variedad de carbón negro brillante muy escasa que se originó a partir de troncos de coníferas altamente resinosas enterrados y sometidos a altas presiones durante el período Cretácico que comprende 79 millones de años entre hace 145 millones de años y hasta hace 66 millones de años.
Esto quiere decir que el Azabache no es un mineral como muchos piensan sino un mineraloide ,es decir, una sustancia natural similar a los minerales pero su diferencia radica en que sus átomos no están ordenados , no forman estructuras cristalinas uniformes, el Ámbar es otro ejemplo de mineraloide.
El Azabache se utiliza como piedra semipreciosa en la fabricación de collares, pendientes, anillos, botones, camafeos,... junto con materiales como maderas nobles, piedras preciosas o semipreciosas,.... Es un material muy frágil, por lo que su extracción siempre ha sido artesanal, siendo de talla difícil cuando se intentan esculpir figuras con abundantes detalles y calados. 
El mejor Azabache del mundo lo tenemos en Asturias en la costa que va desde Gijón a Villaviviosa la llamada costa de los Dinosaurios junto con el de Whitby en Inglaterra.
El Azabache siempre a estado muy relacionado con el Camino de Santiago fruto de ello es que la artesanía basada en la piedra del Azabache tenga una tradición de siglos en Santiago de Compostela, de hecho en el siglo XIV el gremio de los azabacheros era uno de los más poderosos y pujantes en la ciudad compostelana resultando uno de los más activos, llegando a contar con varios cientos de profesionales y aprendices en los momentos de mayor pujanza.
Hoy en día, el número de profesionales compostelanos que mantienen viva esta histórica artesanía es reducido, la producción de nuestro Azabache esta paralizada, la mina de la que el último minero artesanal Tomás Noval, extraía el material para proveer a los artesanos, esta cerrada. Esto hace que cada vez se cuente con menos material para poder realizar sus trabajos, viéndose en muchas ocasiones obligados a utilizar material proveniente de las escombreras, o de desprendimientos del litoral o en el mejor de los casos de cantidades reducidas que los descendientes o familiares de los antiguos artesanos puedan atesorar. A todo esto se suma la masiva venta de piezas de inferior calidad, lignitos muy parecidos al asturiano que no son fáciles de distiguir, muchos de ellos proceden de Georgia y se venden como autóctonos, para que os hagáis una idea un kilo de Azabache de Asturias puede costar unos 200€ y uno de lignito georgiano sobre 25€ , tentador, verdad.
Pese a todo, Santiago de Compostela es la capital mundial de la artesanía en Azabache, como así lo demuestra su Museo de las Peregrinaciones o el Museo de Pontevedra que posee la mayor colección del mundo de Azabaches históricos compostelanos, con más de trescientas piezas. 
Por último, para que sepáis identificar un Azabache, os diré, que es ligero, no es frío al tacto, tiene un brillo graso o aterciopelado nunca un brillo metálico. Es opaco, el color de la raya es marrón nunca negra. Se electriza con el frotamiento; si se quema desprende olores fétidos, en un collar o rosario las cuentas no son idénticas. 
El cuidado del Azabache es muy fácil porque no le afectan los productos químicos como perfumes, detergentes, etc. y agradece el uso, puesto que el roce con la ropa aumenta su brillo, un brillo que no decrece con el paso del tiempo. Tengamos en cuenta que es un material frágil, por lo que debemos de evitar los golpes.
El Azabache es conocido desde hace miles de años, siempre se le a atribuido un carácter protector contra todo mal. Los restos de Azabache más antiguos aparecen en un colgante, en la Cueva de las Caldas ( Oviedo ) datadas de hace 15000 años antes de Cristo.